lunes, 16 de agosto de 2010

Télam

Nota correspondiente a la publicación del día Jueves de 15 de Julio de 2010

POLITICA

La discusión en la Cámara alta convocó frente al Congreso a manifestantes a favor y en contra



Militantes de organizaciones homosexuales, legisladores, estudiantes y funcionarios como el ministro de Economía, Amado Boudou, siguieron ayer desde la Plaza de los dos Congresos las alternativas del debate en el Senado sobre el proyecto que habilita el matrimonio a personas del mismo sexo.

"Me parece un avance de la sociedad argentina que tiene que ver con la inclusión de más argentinos en el acceso a derechos civiles", dijo Boudou a Télam.

El ministro afirmó que "no tiene demasiada importancia las distintas marchas ni los colectivos diferentes que movilizaron: lo importante es ver una sociedad que va avanzando en la igualdad de derechos".

Mientras los senadores fundamentaban su postura sobre el proyecto, que se votará esta noche o a la madrugada, fuera del Congreso hubo esta tarde incidentes menores entre grupos que defienden el matrimonio homosexual y otros que lo rechazan.

Un grupo que rezaba en la plaza por preservar el matrimonio entre hombres y mujer fue increpado por partidarios del casamiento gay, que entonaban consignas contra la Iglesia católica y la ligaban con la dictadura.

El titular del Inadi, Claudio Morgado, que seguía el debate en el Senado, salió para instarlos a que se manifiestan "de la mejor forma" y eviten la confrontación.

"Que no se empañe ésto que tiene que ser una fiesta, estamos tratando derechos de las minorías", pidió el titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).

"Vimos estas escenas violentas, estos cruces y vinimos rápido para ver qué pasa" y para que "tengamos un clima en paz", explicó Morgado a la prensa al salir del Senado e instó a "acompañar este debate de la mejor forma, con argumentos sólidos y sin ningún tipo de provocación".

A la noche, el frío desalentó la permanencia de los activistas frente al Congreso, donde se desarrollaba un festival. En las vallas frente a las escalinatas sobre la avenida Callao, alguien colocó un enorme globo con forma de pene en el que se leía "Yo me quiero casar. Y usted?".

"Satanás, Satanás, sacate la sotana", decía una de las pancartas en alusión al rechazo de la Iglesia al matrimonio entre personas del mismo sexo.

"La CHA logró dar un debate esencial en la sociedad alrededor de la familia, porque la campaña ante el Senado es que `somos familias`" dijo a Télam César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).

Respecto de las polémicas desatadas, Cigliutti afirmó que "no podemos argumentar frente a un dogma, sí lo respetamos, pero en el ámbito de desempeño de ese dogma: lo que no estamos de acuerdo es que se imponga a una nación, porque estamos hablando de leyes civiles en una sociedad diversa, en la que hay agnósticos".

El legislador porteño de Proyecto Sur Fabio Basteiro dijo a Télam que "el hecho de que la gente a la que no le alcanza para llegar a fin de mes y le cuesta conseguir trabajo acepte discutir sobre la igualdad de derechos para el conjunto de la ciudadanía es ya un dato de que el debate cultural ya está ganado".

Juan Aguilar, presidente del Centro de Estudiantes del INAP de Banfield, llegó al Congreso "para afianzar los derechos comunes a todos", tras algunos debates suscitados en las materias humanísticas e impulsados por la organización estudiantil.

"Es importante que todos estén informados sexualmente y tengan la posibilidad de elegir, y que se pierdan los tabúes que existen, de tener que etiquetar a una persona y diferenciarla" por una característica, dijo Aguilar.

Vilma Ripoll, Del Movimiento Socialista de los Trabajadores, expresó a Télam que "la sociedad se mostró sensibilizada a la necesidad de igualar derechos, tanto que la Iglesia, que había propuesto un plebiscito sobre el tema, percibió que podía perder y apareció con la `unión civil` como opción de último momento".

La dirigente consideró que la fórmula de "unión civil es un dibujo del recorte de todos los derechos" y que "afloró el poder que todavía tiene la Iglesia sobre un sector de la sociedad, que no necesariamente refleja el grueso de la sociedad, que mira con simpatía esta lucha, a lo mejor, sin movilizarse".

"Vamos por el derecho: después, como el derecho al voto, el que quiere lo usa, y el que no, no, pero tiene que estar a disposición de todos", sostuvo.

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